sábado, 26 de abril de 2008

Exposición: Antonio Soto. Pinturas.

En estas fechas y hasta el 11 de mayo de 2008 se expone en el Museo Siyâsa la siguiente exposición:


Les reproducimos a continuación el prólogo del catálogo de esta exposición. Corre a cargo de Joaquín Salmerón Juan y está encabezado por el siguiente título: Antonio Soto busca los orígenes de África.

Ha empezado la temporada en la sábana africana. Sobre los ocres cálidos de la tierra, la hierba y las hojas secas de los árboles, un manto de lluvia refresca y engrisa el paisaje.

Sobre los charcos de los caminos se refleja, sinuoso, el cuerpo esbelto de hombres, mujeres y ganado que va o viene del mercado. Escuálidas vacas, peces y otros animales, unos vivos y otros no, esperan en un descampado para completar una escena multicolor, a la mandioca, el ñame, la batata, la banana verde, el maní y otros frutos y raíces que llegan, viajando en cestos, sobre las cabezas de niñas y mujeres en equilibrios imposibles.

Los niños y los hombres conducen, a pie o en bicicleta, las cabras, los camellos y los cerdos mientrás sus mentes están a miles de kilómetros, a un mundo donde los sueños viajan en un automóvil de brillo metalizado, las casas lujosas y la felicidad está tan sólo al otro lado de un escaparate.

El cielo de la tarde sigue gris, un suelo de arcilla y arena mojadas se vuelve del mismo gris hasta que la noche se torna negra, y la ilusión, a bordo de los cayucos, se apiña en una travesía hacía un largo camino de desengaños o hacia otro corto de muerte silenciosa y solotaria en medio de la nada.

Antonio Soto es un "pintor europeo" que no deja de preguntarse por su origen y el de los que le rodean. En ese deambular acaba de descubrir, en su continua investigación desde que empezó a pensar, desde que empezó a escribir y a pintar, que todos venimos de África. Unos están en camino o acaban de llegar; otros, nuestros más remotos antepasados, llegaron hace más de un millón de años. En todos ellos, en todos nosotros, hay una ansia irreflexiva de la busqueda de la felicidad, de un paríso que siempre soñamos al otro lado del océano o de las montañas que delimitan el horizonte.

Soto ha encontrado que el paraíso y el infierno conviven en un mismo territorio, el valle donde la poesía pensada, escrita y recitada es el rumor del viento de sus oníricos paisajes, donde sus pinceles viajan trémulos por los espacios cuyas fronteras geográficas y culturales no existen más allá del margen de los lienzos.

Antonio Soto Alcón es un ave rapaz que no se alimenta de carne; su comida es el espíritu de las cosas que pinta, de los seres vivos que ojea en los paisajes que halla dentro de sí mismo cuando los sobrevuela y cae en picado sobre ellos para compartirlos, después, con los que admiramos su obra.

Enlaces relacionados con Antonio Soto y su obra:

Unos días antes de su clausura, el viernes 9 de mayo a las 20:30 horas, se llevará a cabo en el propio Museo de Siyâsa un recital de poesía a cargo del artista, Antonio Soto Alcón.

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