viernes, 19 de octubre de 2007

Exposición "El huerto de Pascual" de Manuel Suárez.

Les mostramos imágenes y texto de la exposición que se muestra en estos momentos en el Museo de Siyâsa. Les recordamos que se podrá ver hasta el día 28 de octubre de 2007.
El Huerto

En más de una religión la imagen del jardín se vincula al Paraíso con el rumor del agua y la sombra de los árboles en perfecta armonía. Para los que como yo hemos tenido el privilegio de nacer en un valle repleto de huertos, la imagen sagrada, la hemos trasladado a nuestro cotidiano, pues estos pedazos de tierra a través del ejemplo del esfuerzo de la gente de nuestros pueblos, eran fuente de alimentación con las frutas, hortalizas y tubérculos que se cultivaban en ellos. Poco a poco han ido desapareciendo estos paraísos domésticos, que como el huerto de Luís de la Rosa (situado en Blanca en la piedra de Matimoreno) y gracias a las fatigas del propio Luís de estación en estación ofrecían cíclicamente melocotones, membrillos, cebollas, nísperos, limas y granadas, que teniendo como telón de fondo el color y olor de las flores, te sumergían en una situación mágica.
Recuerdo con claridad este lugar aunque el huerto y su dueño desaparecieron hace casi medio siglo.
Todavía hoy sobreviven pespunteando el Segura de Cieza a Archena alguno de estos pequeños paraísos y Manuel Suárez nacido en las lejanas brumas de Asturias ama adentrarse en ellos, recorrerlos observarlos y con agua el más primario de los elementos de la naturaleza, se acerca a ese milagro que año tras año la huerta es capaz de regalar a quien la cuida y la espera.
El huerto de Pascual en el paraje ciezano de “La Barratera” ha sido el punto de partida de estas acuarelas. A veces ha sido el propio terreno durante los riegos el protagonista de las imágenes. Otras han sido las flores y los frutos crecidos en el huerto los que han servido a Manolo para organizar estos trabajos que son una especie de homenaje a unas gentes y unos lugares desafortunadamente en vías de extinción.

Pedro Cano
Roma, verano 2007



La bruma enamorada de la luz

Manuel Suárez nace en Asturias en un paisaje verde, a la sombra de las nubes del Cantábrico y de la bruma de sus amaneceres, en valles cerrados salpicados de agujeros de negro carbón.
Llega al Mediterráneo en la mitad de su vida y renace de nuevo en un paisaje árido, de luz deslumbrante y de huerta esmeralda salpicada de granadas, Granada, y otros frutos de un mundo mixto donde Europa y África se funden, bajo el sol ardiente de al-Andalus en el huerto de Pascual.
La luz del papel blanco de sus acuarelas y de nuestro sol permiten atisbar, sobre él y bajo él, los paisajes y los frutos de esos paisajes en los que Jehová, Yahvé y Alá se inspiraron para diseñar sus paraísos.
Los carbones de la tierra de Suárez se iluminan en sus cuadros y el aceite de sus óleos ungen las tierras casi desnudas de Cieza con impudor insultantemente desinhibido.
La tierra que parió a los místicos al – Ricotí e Ibn Arabí ha hecho entrar en trance al hombre nacido en la bruma y enamorado de nuestra luz.

Joaquín Salmerón
Director del Servicio de Museos y Patrimonio Arqueológico
Ayuntamiento de Cieza

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